Tratemos de pasar el límite de lo evidente...en Sin Límites Maurizio Barraco quiere comunicar un mensaje y ese acto conlleva una codificación , que tiene una especificidad bien definida que es la imagen. Codificación y decodificación por parte del receptor/espectador en unidades menores luz, sombra, fondo, una mirada, etc... Lo mismo ocurre con este texto y tanto el lenguaje como la imagen son signos y en calidad de tales son pasibles de recibir múltiples significados. Con todo esto pretendo decir que no es mi intención al escribir estas líneas limitar la decodificación de nadie sino más bien expresarme libremente y hacer uso de mi derecho a dar un punto de vista, que si funciona como gatillo para que algún receptor recree la obra de arte, en buena hora las escribí.
“Yo no se nada
Tu no sabes nada
Ud. no sabe nada
Ellos no saben nada
Ellas no saben nada
Uds. no saben nada
Nosotros no sabemos nada
La desorientación de mi generación tiene su expli-
cación en la dirección de nuestra educación, cuya
idealización de la acción, era -sin discusión!-
una mistificación, en contradicción
con nuestra propensión a la me-
ditación, a la contemplación y
a la masturbación. (Gutural,
lo m s guturalmente que
se pueda). Creo que
creo en lo que creo
que no creo.Y creo
que no creo en lo
que creo que creo…”
O. Girondo, Espantapájaros al alcance de todos
Para entender Sin Límites siento que debo hablar de su génesis, que fue el fruto de una conversación en la que yo le pedía a M. Barraco que me limitara, cosa que él se rehusó categóricamente a hacer, porque „La imaginación no tenía límites“. Ahora a la luz del tiempo trascurrido entre la conversación y la materialización de ese discurso, me doy cuenta de la insensatez de mi pedido, como si no tuviéramos suficientes límites o tabúes en este sistema social, occidental y cristiano en el que nos toca vivir y yo, pidiendo más barreras. De esto se trata la serie de imaginar, gozar y pensar sin límites, los límites...
“Vusco volvvver de golpe el golpe.
Sus dos hojas anchas, su válvula
que se abre en suculenta recepción
de multiplicando a multiplicador,
su condición excelente para el placer,
todo avía verdad (…)
Y hembra es el alma de la ausente.
Y hembra es el alma mía…”
César Vallejo, Trilce
profesoresa Marcela Aiello, argentina
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